........................................................El análisis de un pensamiento es una Reflexión.

lunes, 24 de diciembre de 2012

La reflexión de otro con espejo.



Hay veces en que las reflexiones de otro, no solo te hacen reflexionar sino que parece que alguien te ha leído el pensamiento. Esto me ocurrió ayer leyendo EL SINDROME DE COPERNICO de HENRI LOVENBRUCK. Aquí os la dejo para compartirla con vosotros, por cierto un libro más que recomendable.




Capitulo 60:




Me gustaría comprender las razones de la perturbación, de la molestia que me provocan los espejos. Ellos y yo mantenemos una relación malsana. Sé que hay una razón escondida, profunda, por lo que busco y escruto. Como siempre, he acudido a los diccionarios y a los libros. No sé si la respuesta está entre sus líneas. Jamás me dicen nada.

Un espejo es una superficie lo bastante pulida como para que se forme una imagen. De ahí a decir que se tiene que estar pulido para reflexionar, sólo hay un paso.

El adjetivo relativo al espejo es «especular», porque el espejo, como yo mismo intento hacer a veces, especula, reflexiona.

Antes de entrar en consideraciones metafísicas —oh, la palabra malvada—, intenté comprender cómo se fabrican los espejos, con el objeto de no morir idiota, y si es posible, no morir en absoluto.

Originalmente, los espejos eran una simple superficie de metal que se había pulido hasta que fuera muy reflectante. Hoy en día, los espejos que se utilizan normalmente en las casas se han fabricado a partir de una placa de vidrio, más o menos espesa, sobre la que se aplica una capa reflectante de aluminio o de plata, después una capa de cobre o de plomo, llamada azogue. El vidrio sirve de soporte y de protección para la capa reflectante, mientras que el azogue, como última capa, hace que el espejo sea completamente opaco. Así, un espejo sin capa de cobre o de plomo puede usarse para espiar, porque se ve a través de él. Es lo que se llama un cristal sin azogue.

De golpe, ahora, cada vez que veo un espejo, tengo sospechas. A partir de ahí, uno puede ponerse preguntas. Es legítimo.

El espejo plano devuelve una imagen supuestamente fiel de la persona que se mira en él. He dicho con motivo «supuestamente». A priori, éste permite verse a uno mismo tal y como es, especialmente en lo que respecta a los propios defectos. Por tanto, se asocia a menudo con la verdad, el conocimiento, como el espejo mágico de Blancanieves, por ejemplo.

Si la base del conocimiento es el «conócete a ti mismo», la frase que dominaba el templo de Delfos y que se atribuye a Sócrates, entonces, el espejo es, tal vez, la primera herramienta del conocimiento. Eso si verdaderamente permite conocerse a uno mismo, tal y como es realmente… No obstante, tengo dudas.

Había un tipo, el alquimista Fulcanelli, que iba mucho más lejos. Creo que ir un poco más lejos es una tendencia extendida entre los alquimistas. Según él, no se podría ver la propia naturaleza más que en un espejo, porque ésta no se mostraría jamás a alguien que la busque… Aquí hallamos las leyendas sobre la medusa o el basilisco, esas criaturas míticas a las que no se podía mirar a los ojos bajo pena de ser petrificado, pero que, sin embargo, podían mirarse reflejadas en un espejo…

En suma, el espejo sería una puerta abierta sobre lo que no se ve directamente con los ojos… Discúlpenme, pero todavía tengo muchas dudas.

Una cosa es segura, si el espejo devuelve una imagen del mundo, él no es el mundo. No soy yo.

Ese tipo en el espejo no soy yo, y que nadie venga a decirme lo contrario.

Una de las cosas que me perturban del espejo no es su superficie, sino su parte trasera: su cara escondida, que es el negro absoluto, lo desconocido.

Me resulta tan difícil mirarme en un espejo como no saber lo que hay detrás.

A menudo se habla, especialmente en los cuentos fantásticos —y no sólo Lewis Carroll—, del otro lado del espejo, que evoca un mundo paralelo, supuestamente oculto y del que no se sabe nada.

El espejo me sumerge en mis preguntas sobre la ilusión… Exactamente igual que el maya de los hindúes, tal vez aquél es lo que podemos percibir del mundo, pero no la realidad…

He investigado. Para Lacan, el estadio del espejo es una fase de la constitución del ser humano. Sería un momento fundamental en la formación del primer esbozo del yo. Según él, el estadio del espejo sería el momento de «individualización del sujeto». Antes de ese estadio, el niño habría vivido en la confusión de él con el otro. Lo que la experiencia del espejo le va a aportar es una facultad de individualización de su propio cuerpo.

Se superponen tres momentos: en primer lugar, el niño vive en la confusión de él con el otro. Después, cuando se le coloca frente a un espejo, comprenderá que lo que ve en el espejo sólo es una imagen, o dicho de otro modo, que el otro del espejo no es real. Finalmente, en un tercer momento decisivo, el niño reconocerá la imagen del espejo como suya. Visiblemente, es un momento crucial.

Me pregunto si yo habré pasado alguna vez el estadio del espejo.




P.D. El libro tiene evidentemente derechos de autor, espero que el susodicho no se tome a mal el corte y pega de un fragmento de su libro. Es como un trailer , aunque en este caso no cuenta absolutamente nada de la trama en si.




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