Hoy he
visto la película Polar Exprés y he reflexionado sobre mi último post.
En lo
referente a: ¿Qué diantres celebramos?, entre las miles de razones posibles, la mía, hoy, en
este momento, es que no celebramos en nacimiento del Hijo de Dios, celebramos
simplemente la oportunidad de volver a ser niños. Es la celebración del deseo
mas añorado, volver a vivir, rememorar, recordar y experimentar una época
pasada.
Como
algunas cosas no pueden ser, y además son imposibles, la única forma de conseguir
este “remember” virtual, es vivirlo y
sentirlo, viendo como otros lo viven. (La cual cosa nos llevaría al post de la
Catarsis de este blog.)
Los
regalos que hacemos, no son únicamente para nuestros niños, nos los hacemos a
nosotros mismos. Quedaría feo hacernos auto regalos, entre otras cosa porque
estos presentes, vienen envueltos con fantasía, ilusión e inocencia; que para
mas paradoja, son propiedades que nosotros ya hemos perdido, pero que al mismo
tiempo somos capaces de fabricar o preservar para nuestros pequeños.
No, no
son los regalos, es la ilusión, esos ojitos que descubren con inocencia la
magia de lo imposible. No importa el regalo, lo único indispensable es el
envoltorio. Probar a hacerles un regalo cualquier otro día y veréis como aun
siendo el presente algo fantástico, faltara en esos ojos, ese velo casi
virginal, que les permite sentir algo mágico.
Pero la
ilusión de la inocencia, como la vida, es efímera. Al rato, ya no les interesan
las ofrendas, nosotros estamos cansados de jugar y la realidad de la vida nos
va poniendo a cada uno en nuestro sitio.
Celebramos
pues una frustración, que incomprensiblemente también les endosamos en el
envoltorio.
A todos
aquellos que les gusta la Navidad……..Felices Fiestas!!.
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